Uno de los basureros del servicio municipal de recogidas de basura queda prendado de una señorita vestida de rosa. El camión avanza lentamente por la calzada y la dama de rosa, por la acera. Durante el camino, el basurero, en plan galante, comienza a coquetear con la señorita… y sobreviene la tragedia.
Si me lo permites, una moraleja: No te fíes de los piropos que te lancen los desconocidos. Quizás sólo quieran ver cómo te estampas con una farola cuando la vanidad se te suba a la cabeza…