Esperar. Eso es lo que hace el muchacho que llega al parque, en tanto aparece la chica.
Sin embargo, ésta se retrasa y él comienza a darle vueltas a la cabeza pensando en lo que pudo haber ocurrido.
Al principio, muy optimista, cree que la chica simplemente le entendió mal y, que en lugar de a las once, pensó que se verían a las doce.
Pero el tiempo pasa y pasa… Y Raúl comienza a desesperarse. ¿Llegará ella o no?